Ayer y hoy hemos amanecido con preciosos titulares en periódicos de todo el mundo. Para muestra un botón:
Hyun-Wook Lee, de la Universidad de Nueva York y, agárrate que vienen curvas, para la Academia Nacional de Ciencias de EEUU (por lo del patrocinador y tal) firma un estudio sobre el impacto del vapeo (más correcto decir aerosol muy caliente de nicotina a altas concentraciones), en células y ratones, que se publica en su prestigiosísima revista PNAS.
Según los autores del estudio, descubrieron que el aerosol de e-liquid sin nicotina no daña el ADN de las células, pero que un aerosol de e-liquid con nicotina sí causa daños en las células. Al final de este experimento, los científicos encontraron daños en el ADN de los pulmones, la vejiga y las células del corazón de estos animales, así como una reducción en el nivel de reparación del ADN de las células en estos órganos, en comparación con los ratones que habían estado respirando aire filtrado durante el mismo período.
Lo curioso es que, para variar, se han olvidado de que el tabaco también lleva nicotina; y mucha más y, además, en combustión, lo que provoca una liberación brutal de nitrosaminas entre miles de otras cosas más. ¿Por qué en este tipo de estudios nunca se utiliza el control positivo natural del cigarro electrónico? Se han gastado una pasta en kits de nitrosaminas comerciales para decir que tienen un control positivo. ¿No habría sido más fácil utilizar el tabaco como control positivo obvio? Supongo que será cuestión de estética. Las gráficas no les habrían quedado tan bonitas y, los ratones, probablemente no habrían sobrevivido los tres meses a esas concentraciones de humo.
Por otro lado, los autores describen que el daño observado en estas dosis masivas (al menos lo reconocen) de nicotina para un ratón sería equivalente a los observados en humanos expuestos a tabaquismo pasivo, de hecho, los ratones fueron expuestos durante doce semanas al vapor de nicotina equivalente en dosis y duración a diez años para los humanos (o eso dicen en el artículo de prensa). Reconocen que, con estos datos, “aún no podemos decir nada sobre posibles consecuencias cancerosas. No podemos simplemente adivinar con la información que tenemos». No obstante, los autores concluyen “Los cigarros electrónicos contienen menos sustancias cancerígenas que los cigarros convencionales, sin embargo, el vapor incrementaría el riesgo de contraer un cáncer pulmonar o de la vejiga, así como de desarrollar enfermedades cardíacas».
¿Sí, pero no, pero no, pero sí?
Ahora me voy a la parte más diver del estudio; el material y métodos, y me encuentro con esto:
“Mice were exposed to ECS (10 mg/mL), 3 h/d, 5 d/wk, for 12 wk. ECS was generated by an E-cig machine, as previously described (64). An automated three-port E-cigarette aerosol generator (e∼Aerosols) was used to produce E-cigarette aerosols from NJOY top fill tanks (NJOY, Inc.) filled with 1.6 mL of e-juice with 10 mg/mL nicotine in a propylene glycol/vegetable glycerin mixture (50/50 by volume; MtBakerVapor MESA). Each day the tanks were filled with fresh e-juice from a stock mixture, and the voltage was adjusted to produce a consistent wattage (∼1.96 A at 4.2 V) for each tank. The puff aerosols were generated with charcoal and high-efficiency particulate filtered air using a rotorless and brushless diaphragm pump and a puff regime consisting of 35-mL puff volumes of 4-s duration at 30-s intervals”.
El estudio proporciona los detalles de las dosis de nicotina administradas, pero sin entrar mucho al detalle de los niveles concretos de exposición (lo cual no es muy ortodoxo): Sin embargo, por lo que puedo inferir, hablamos de tres reservorios de 1,6 ml por día llenos con e-liquid a 10 mg / ml de nicotina, 5 días a la semana, durante 12 semanas. Es decir, y por lo que entiendo, están sometiendo a ratones de 20 gramos a concentraciones de 10 mg/ml, que usaría un humano de 80 kg.
Por otro lado, respecto al régimen de caladas, estamos sometiendo a ratones con pulmones de un gramo a un aerosol generado con un cigalike NJoy que contiene e-liquid a 10 mg/ml de nico, al que sometemos a un régimen de caladas de 4 segundazos a 4,2 voltios, lo que indudablemente va a provocar el sobrecalentamiento del dispositivo y la desestabilización de la molécula de nicotina por las altas temperaturas.
Las N-nitrosaminas procedentes de la nitrosación de la nicotina, como explican los autores, serían las causantes del daño genético observado en los ratones.
Ha sido ampliamente documentado, especialmente en industria alimentaria, que las Nitrosaminas pueden surgir mediante formación exógena (al someter un producto nitrogenado a diversos procesos, en el caso de los alimentos, el más importante es el tratamiento térmico aplicado en el cocinado, fritura, asado, cocción, etc.) y por síntesis endógena (en el organismo, fundamentalmente en la saliva y el estómago, debido a su pH ácido).
Y ahora yo me pregunto, ¿No será el haber sometido altísimas concentraciones de nicotina al sobrecalentamiento del dispositivo lo que ha provocado la liberación en exceso de Nitrosaminas que dañan el ADN?.
Lo lógico es esperar que si sometemos pulmones de un gramo y células en cultivo (ya transformadas e inestables por definición), que en ningún caso pueden extrapolase al comportamiento en el cuerpo humano, a una sopa saturada de nitrosaminas (sean endógenas o exógenas), aparezca obviamente daño en el ADN.
Lo que no es justificable de ningún modo, es que las declaraciones de los autores concluyan que vapear puede provocar cáncer y que precisamente ese sea el titular que aparece en todos los periódicos del mundo. Eso mata gente.
A continuación, expongo los comentarios al respecto del paper de marras por los “otros” Doctores:
El profesor Peter Hajek, director de la unidad de investigación de la dependencia del tabaco de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL), declaró: «En este estudio, las células humanas se han sumergido en la nicotina y las nitrosaminas cancerígenas disponibles en el mercado y, por supuesto, no es sorprendente que esto dañe las células, pero esto no tiene nada que ver con los efectos del vapeo en las personas”.
«En la otra parte de este estudio, los animales estuvieron expuestos a lo que para ellos son dosis extremadamente grandes de nicotina y lógicamente esto también generó daños. No se ha realizado ninguna comparación con los cigarrillos convencionales, pero en el texto del artículo, los autores reconocen la información clave y de crucial importancia en esta historia: los vapers muestran una reducción de estos productos químicos del 97% en comparación con los fumadores, que es comparable al nivel que los no fumadores presentan como consecuencia de la interacción con la nicotina ambiental».
El Dr. Ed Stephens , investigador principal de la Universidad St Andrews, quien realizó el metaanálisis del riesgo carcinogénico del vapeo el año pasado , afirma:
» Esta nueva investigación es una valiosa contribución para comprender los mecanismos del daño en el ADN causado por aerosoles que contienen nicotina al fumar o vapear. Midiendo los signos del daño del ADN en varios órganos del ratón, los autores observaron diferencias significativas entre los experimentos que utilizan vapores de cigarrillos electrónicos que contienen nicotina y los que usan aire filtrado. Desafortunadamente, no se ha realizado ninguna comparación directa con el humo del tabaco y, en su lugar, los autores citan otro estudio que encontró un biomarcador clave relacionado con dicho daño genético en cantidades mucho más pequeñas (97% menos) en la orina de los vapers, que en los fumadores. Este estudio y esta nueva investigación son consistentes con la opinión generalizada de que el vapeo no está exento de riesgo de cáncer (como no lo está el aire) y otras enfermedades, pero este riesgo suele ser mucho menor que fumar (referencia del 97%)«.
Por otro lado, el Profesor Riccardo Polosa, de la Universidad de Catania declaró: «El método descrito por los autores no imita las condiciones normales de uso de los productos de vapeo. Las condiciones reproducidas en estos experimentos son exageradas y promueven la producción de sustancias tóxicas de la misma forma que una «tostadora» que quema el pan. Nuestros estudios en pacientes que padecen enfermedades pulmonares demuestran, no solo la ausencia de daño, sino que muestran las mismas mejoras que se pueden lograr al dejar de fumar”.
El Profesor Fabio Beatrice de la Universidad de Turín: «Estas son noticias que se basan en un malentendido fundamental, primero cultural y luego científico, por lo que es necesario identificar la perspectiva correcta desde la cual analizar el escenario del vapeo. El e-cig produce una cantidad de carcinógenos significativamente menor en comparación con el tabaquismo tradicional. La producción de carcinógenos en el vapeo se ha estudiado ampliamente y, cuando esta cantidad se analiza correctamente, y se compara con la producción de carcinógenos en los cigarrillos tradicionales, se demuestra que el vapeo produce al menos un 95% menos de sustancias nocivas que el humo normal de los productos de tabaco tradicionales. La verdadera noticia es que el vapeo es una gran alternativa para los grandes fumadores que no pueden o no quieren dejar de fumar. Se trata de la reducción del riesgo, y no al revés. – Nos debemos centrar en si realmente queremos ofrecer una alternativa aceptable al tabaco y tratar de manera pragmática, no ideológicamente, la verdadera tragedia relacionada con el tabaquismo: 80 000 muertes al año causadas en Italia por los cigarrillos tradicionales, que no tal vez ser un poco «adictos», y ahora corremos el riesgo de no crear nuevas alternativas».
El Doctor Jacques Le Houzec , farmacólogo y experto en tabaco, recuerda un estudio similar anterior que contradice totalmente estos resultados: «Las ratas fueron expuestas a una concentración de aerosol de nicotina dándoles el doble de concentración de nicotina de la observada en los fumadores empedernidos durante 20 horas por día, 5 días a la semana, durante un período de 2 años. No se observó un aumento en la mortalidad, aterosclerosis o frecuencia tumoral en estas ratas en comparación con el grupo control, en particular, ningún tumor pulmonar microscópico o macroscópico ni células pulmonares endocrinas aumentadas. El peso de las ratas expuestas a la nicotina fue menor que el de las ratas de control «.
Toca aquí comentar un importante principio clave de toxicología. Jamás se pueden atribuir los efectos obtenidos de ensayos de toxicidad aguda (altas dosis a corto plazo) como este, a efectos tóxicos por dosis repetida a largo plazo, y mucho menos, en otra especie. Es absolutamente anticientífico.
Finalmente, el Profesor B. Dautzenberg neumólogo del hospital Salpetriere (París), declara: » No estamos en la verdad científica, sino en la manipulación. En primer lugar, las condiciones en las que se lleva a cabo la experimentación no son representativas de exposición humana, mostrando anormalidades celulares al exponer a los ratones a cantidades muy significativas de nicotina, mucho más de lo que se puede obtener con un cigarrillo electrónico regular, y luego extrapolan los resultados del ratón a los humanos, y finalmente, no comparan el efecto del vapeo con el del humo de tabaco. Hoy en día, sabemos que la nicotina es tóxica, irritante para las vías respiratorias y adictiva. Motivo por el cual no hay e-líquidos de más del 2% en nicotina. En las cantidades consumidas por un vaper, hay una leve toxicidad, pero infinitamente menor que la del tabaco tradicional. En general, estamos inundados con noticias falsas de este tipo. Las revistas científicas también quieren hacer ruido. Llaman a los periódicos escribiendo comunicados de prensa que a veces contradicen los propios estudios. Es una forma de tener presencia mediática y aumentar sus ingresos. El resultado es que algunas personas dejarán de vapear y volverán al tabaco. Una noticia como esta puede matar gente. Esto es totalmente contrario a la salud pública. El trabajo de los investigadores es salvar vidas; no matar gente «.
Nada más que añadir.