De ratones y hombres

Os presento el artículo “científico” anti e-Cig de la semana, ¡publicado nada más y nada menos que en PLoS One!. No es el primero ni tampoco será el último.

Para comenzar, una vez más lo primero que expongo es el comentario del Dr. Farsalinos al respecto en e-cigarette research:

Un nuevo estudio en ratones no proporciona ninguna información para los fumadores, pero verifica que los e-cigarrillos son menos dañinos

Por el Dr. Farsalinos

Un nuevo estudio publicado hoy en la revista PLoS One, evaluó los efectos durante 2 semanas de exposición a los cigarrillos electrónicos, sobre la inflamación pulmonar y la respuesta inmune contra las bacterias y los virus.

Los autores evaluaron 2 grupos de ratones: uno expuesto a aire limpio y otro expuesto a los e-cigarrillos, reportando niveles de cotinina en la sangre de los ratones similares a los usuarios del cigarrillo electrónico. Evaluaron la respuesta pulmonar, antibacteriana (contra Streptococcus pneumoniae) y antiviral (contra la gripe H1N1), mediante la exposición de los animales a estos agentes. Además, midieron los radicales libres en el aerosol del e-cigarrillo recogidos en filtros de tipo Cambridge.

En cuanto a la respuesta pulmonar, el único efecto que resultó estadísticamente significativo fue una elevación de las células inflamatorias en el lavado broncoalveolar. Los mediadores inflamatorios no estaban elevados en el grupo del e-cigarrillo en comparación con el grupo control.

En cuanto a la infección, el grupo expuesto al e-cigarrillo mostró alteración en la depuración de los agentes infecciosos y una recuperación más lenta. La mortalidad fue elevada en el grupo e-cigarrillo, pero no fue estadísticamente diferente del grupo control.

En cuanto a los radicales libres, los autores encontraron 7x10e11 partículas / calada, en comparación con 10e14 partículas / calada para los fumadores (otros informes han medido hasta 10e17 partículas / calada para fumadores). Eso es cerca de 150 veces menor en comparación con los cigarrillos de tabaco.

Por tanto, ¿qué información nos proporciona este estudio? Muy limitada debería decir. En primer lugar, las conclusiones de los autores son completamente irrelevantes en relación con el diseño y los resultados del estudio. Los autores concluyen: “En conclusión, nuestros resultados demuestran que la exposición al E-cig presenta efectos inmunomoduladores que son similares a los observados después de la exposición al humo del cigarrillo. Las infecciones bacterianas y virales son los principales causantes de la progresión de la enfermedad de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), este estudio plantea la preocupación de que los pacientes de EPOC que cambian de cigarrillos a E-cigs no pueden observar una mejora sustancial en su progresión de la enfermedad”. Esta conclusión es irrelevante porque no evaluaron el cambio del uso de tabaco al del e-cigarrillo. Sería necesario tomar muestras de un grupo de ratones expuesto a los cigarrillos de tabaco, y luego seleccionar aleatoriamente otro grupo de estos ratones y exponerlo a los cigarrillos electrónicos, mientras que los otros continuarán siendo expuestos a los cigarrillos de tabaco. Los autores no hacen esto. Por otra parte, ni siquiera se incluye un grupo de ratones expuestos a los cigarrillos de tabaco a modo de comparación. Estoy seguro de que habríamos visto algunas diferencias impresionantes. Por lo tanto, la información proporcionada por este estudio es limitada e irrelevante para la conclusión presentada. Parece que los investigadores todavía tienen que darse cuenta de que los cigarrillos electrónicos son comercializados como sustitutos para fumadores. Estudiar  poblaciones sanas, no fumadoras (sean humanos o animales) para evaluar los efectos de la exposición e-cigarrillo tiene un valor limitado.

Por otra parte, tengo serias dudas sobre los resultados de los radicales libres en el vapor de e-cigarrillo. Los estudios que evalúan el humo del cigarrillo han confirmado que los radicales libres son derivados del catecol (en la fase gaseosa del humo) y de la hidroquinona (en la materia particulada del humo). Recientemente, nosotros analizamos 21 e-líquidos para detectar la presencia de fenoles, incluyendo catecol e hidroquinona. La hidroquinona no se encontró en ninguno de los líquidos, mientras que el catecol estaba presente en sólo 2 de ellos y en cantidades mínimas (el estudio está actualmente en revisión para su publicación).

Además, a diferencia de lo que los medios de prensa han informado, el estudio no encontró que el uso del e-cigarrillo predispone a las infecciones. Los investigadores expusieron los animales a los agentes bacterianos y virales, y observaron la recuperación de la infección reducida. Esto no significa que en condiciones normales un usuario de e-cigarrillo desarrollaría neumonía más fácilmente que un no fumador. De hecho, teniendo en cuenta que se estudiaron ratones y la exposición al humo del cigarrillo no se evaluó, no estoy seguro de que alguna de las conclusiones del estudio sea válida para los seres humanos.

Las únicas conclusiones que se pueden extraer de este estudio es que los cigarrillos electrónicos sólo deben ser utilizados por los fumadores como sustituto de fumar y que son, con mucho, menos nocivos que los cigarrillos de tabaco (en base a la emisión de 150 veces menos radicales libres). Cualesquiera otras conclusiones sobre los efectos probables de uso del e-cigarrillo en pacientes con EPOC son totalmente irrelevantes.

Ahora añadiré una serie de comentarios para matizar un poco más el contexto del estudio:

  • Teniendo el material necesario para hacerlo, ¿Cuál es la motivación para no incluir en el experimento su control positivo natural, es decir, en este caso ratones expuestos al humo del tabaco? Resulta cuanto menos irónico, que la gran mayoría de estudios que concluyen que el eCig es un “arma de destrucción masiva”, rara vez incluyen el tabaco en la ecuación. Algo que, de estar disponible, es más que necesario incluir en el experimento y que, en muchas ocasiones, y más cuando se está evaluando toxicidad, da tanta o más información que el control negativo (en este caso, ratones expuestos a airefiltrado). Tal vez sea porque al incluir los resultados del control positivo en la estadística, los resultados de la toxicidad del eCig dejarían en la mayoría de los casos de ser estadísticamente significativos y si no podemos incluir el p<0.05 en las gráficas, nos hemos quedado sin paper.
  • Los niveles de cotinina en sangre de los animales alcanzaron las tasas de un fumador estándar. Examinemos el régimen de exposición que se muestra en el estudio: 2 caladas (70 ml de aerosol diluidos en 1,05 litros de aire por minuto) cada 10 segundos de eliquid (a 18 mg/ml de nicotina) durante 3 horas al día, 15 días.  En una cámara estanca muy reducida para que la exposición sea directa. Es decir, no hemos tenido en cuenta el pequeño detalle de que estamos sometiendo los pulmones de un animal de 40 gramos a la misma exposición que un animal de 70-80 Kg de media (es decir un vaper). Realizando los cálculos, estos ratones fueron expuestos a 1080 caladas en tres horas diariamente, durante el tiempo que duró el experimento. El número de caladas promedio al día que realiza un vaper se ha estimado entre 120 y 350. Esto sólo es una pequeña reflexión sin importancia.
  • Las caladas provienen de 6 cigarrillos electrónicos marca Njoy con sistema cartomizador montados en un carrusel que se activaban durante dos segundos 1 vez por minuto para un total de 6 inhalaciones por minuto. Los cartuchos se cambiaban cada semana. Si mis cálculos no fallan, estamos sometiendo el cartomizador de un cigalike a 180 caladas en 3 horas durante una semana. Está claro que una vez más no han oído hablar del sobrecalentamiento del cartomizador y desde luego no han medido los posibles niveles de formaldehído a los que han sometido a los ratones. Luego comentan que la vida útil de cada cartucho variaba considerablemente (¡qué sorpresa!) por lo que fueron sustituidos cada vez que el monitor de exposición en tiempo real detectaba una disminución de la salida de un E-cig específico, lo que no exime del sobrecalentamiento previo de cada dispositivo y la consiguiente formación de formaldehído que no se midió.

Y con todo esto, ¡lo único que obtenemos es una subida en la infiltración de macrófagos y radicales libres 150 veces inferiores al tabaco! Sería para celebrarlo si no fuera tan trágico:

ratones prensa

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