Formaldehído o el arte de Desinformar

Formaldehído o el arte de desinformar

Llevamos tiempo peleando con la nueva arma arrojadiza del colectivo anti-eCig. El Formaldehído. Para comprender esta problemática nada mejor que exponer el análisis al respecto del Formaldehído en los eCigs, del mayor experto mundial en la materia.

http://bit.ly/1yvS7Va

ecigarette-research Miércoles, 21 de Enero de 2015

El engaño de las medidas de Formaldehído en el aerosol del cigarrillo electrónico: diferencia entre las medidas de laboratorio y la exposición real.

Por el Doctor Farsalinos

Una nueva tendencia está emergiendo en la comunidad de investigadores del cigarrillo electrónico, que consiste en obtener dispositivos de voltaje/wataje variable, aplicar altas energías a los atomizadores y medir las concentraciones de aldehídos (principalmente Formaldehído) liberadas en el aerosol o vapor. La historia comenzó a principios del año pasado http://bit.ly/1kT9nJh http://bit.ly/1wpY3tr , continuó recientemente con un artículo desde Japón http://bit.ly/1xM0uYf http://bit.ly/1yIR4lh, y ahora continúa con la siguiente carta publicada en la revista New England Journal of Medicine.

http://bit.ly/1wpbMAR

Esta vez, los investigadores obtuvieron un dispositivo de voltaje variable y aplicaron 3.3 y 5 voltios a un (desconocido) atomizador durante 4 segundos por calada. A 3.3 voltios no encontraron formaldehído, mientras que a 5 voltios encontraron niveles de Formaldehído 15 veces superiores a los encontrados en el humo del tabaco. Sin embargo, existen enormes problemas en este estudio.

Para empezar, los autores no encontraron Formaldehído sino Hemiacetales de Formaldehído. Esta es una combinación de Formaldehído con alcoholes (Formaldehído-Propilenglicol, Formaldehído-Glicerol). Los autores los clasificaron como «agentes liberadores de Formaldehído», en base a la referencia de un estudio que evalúa la dermatitis de contacto producida por estos agentes. Sin embargo, revisando el estudio referido http://1.usa.gov/1y221Jh , está claro que estos «agentes liberadores de Formaldehído» no tienen nada que ver con los Hemiacetales de Formaldehído encontrados en el aerosol del cigarrillo electrónico. Es más, no existe absolutamente ninguna evidencia de que estos Hemiacetales sean tóxicos o carcinogénicos. De hecho, es posible que la formación de estos Hemiacetales pueda proteger contra el daño inducido por el Formaldehído. No obstante, los autores consideran idénticos riesgos con ambas sustancias, calculando así el riesgo de cáncer.

Existen muchos otros problemas importantes con este estudio. Los autores no se dan cuenta de que los niveles de voltaje no proporcionan información sobre la carga térmica del dispositivo. Parece que ambos investigadores y los revisores que aprobaron el trabajo para su publicación, olvidaron que la energía debería ser expresada en watios. Como resultado, no conocemos cuántos watios de potencia fueron entregados al atomizador. Sin embargo, existe una manera de realizar un cálculo aproximado, a través de la información que nos proporciona el dato de consumo de líquido por calada. Los autores reportan que a 3.3 voltios se consumieron 5 mg de líquido. Basándonos en medidas realizadas en nuestro propio laboratorio, tal consumo es observado entre 6 y 7 Watios en caladas de 4 segundos. Además, la resistencia del atomizador, probablemente se encontraba entre los 1,6 y 1,8 Ohmnios. Esto significa que, en la medición a 5 voltios, la energía aportada se encontraba entre los 14 y los 16 Watios. Este valor resulta extremadamente alto para la gran mayoría de los atomizadores comerciales disponibles (excluyendo algunos reparables diseñados para soportar tales niveles de wataje). Así que, es más que obvio que una vez más, el atomizador había sido sobrecalentado, lo cual por supesto resulta en altos niveles de producción de Formaldehído. Lo que los autores ignoran es que estas condiciones, comúnmente llamadas dry-puff o fenómeno de calada en seco (explicado en detalle en uno de mis artículos http://bit.ly/1yMuq9Z ), son fácilmente detectadas por los vapers. De hecho, tal sobrecalentamiento resulta en un sabor desagradable que nadie puede soportar. Como consecuencia de esto, absolutamente ningún vaper usaría su eCig en tales condiciones y, por tanto, nunca serán expuestos a tales niveles de Formaldehído. La historia publicada en New England Journal of Medicine es similar a intentar encontrar carcinógenos en un filete de carne tan quemado que nadie se podría comer. Por supuesto, los hallazgos son ciertos; pero nadie será nunca expuesto a los niveles encontrados. 

Me preocupa el hecho de que muy a menudo nos encontraremos con historias como esta. La comunidad científica debe comprender que los dispositivos de wataje variable no pueden ser usados a cualquier nivel de wataje y con cualquier atomizador disponible. Incluso para los usuarios noveles, el sabor áspero del dry-puff es insoportable. Yo sugeriría a los científicos que prueben ellos mismos un e-cigarrillo en condiciones de dry-puff (es muy sencillo; basta con usar un atomizador que no lleve suficiente líquido) y así lo comprenderán por sí mismos. De hecho, es muy sencillo producir tantos aldehídos como se quiera en un laboratorio con uno de estos dispositivos. Sin embargo, no tiene nada que ver con la exposición real al e-cigarrillo.

Nuestro equipo está actualmente trabajando en identificar las temperaturas del fenómeno de dry-puff y evaluar los niveles de aldehídos liberados tanto a esas temperaturas como a las asociadas con el vapeo convencional. Tendremos los resultados disponibles en unos pocos meses, y esperamos que esto acabe con la especulación. Hasta ese momento, todo el mundo debería entender que medir aldehídos en el aerosol del eCig en condiciones de laboratorio, puede ser engañoso y que no necesariamente se puede asociar a la exposición de los vapers a tales niveles. 

Una vez expuesta la magnífica explicación del Dr. Farsalinos, paso a comentar algunas de mis reflexiones. En primer lugar, concluyo con este texto, que algunos de los investigadores que realizan estudios sobre la ciencia del eCig y que publican sus trabajos en magníficas revistas (haciendo parte también a los revisores), o bien carecen por completo de la formación y estudio previo necesario para utilizar dispositivos de tercera y cuarta generación (formación que tiene cualquier usuario avanzado del eCig y no es nada difícil de encontrar), o bien por algún extraño motivo son conscientes de que las medidas que están tomando no son en absoluto asociables al consumo real y aun así pasan ese «pequeño detalle» por alto.

De producirse el primer caso, es obvio que se enfrentan a una importante e insalvable tara en su trabajo cuyo origen es el absoluto desconocimiento del sujeto principal de su investigación: los vapers….no añadiré más.

Si se trata del segundo caso, tal vez habría que recordar a estos investigadores las consecuencias de olvidarse de ese «pequeño detalle» :

                            desinformación

Con un poquito de ayuda del periodismo «científico» de mala calidad obtenemos estos titulares dando la vuelta al mundo.

La consecuencia inmediata de esto es provocar un miedo injustificado del público a estos dispositivos motivando que muchos vapers noveles abandonen el eCig y que muchos fumadores descarten la idea de probarlo, permaneciendo ambos en el consumo de tabaco. Por tanto, una vez más debemos apelar al sentido de la responsabilidad de los investigadores. Su trabajo tiene consecuencias.

Actualización

El Dr. Farsalinos acaba de publicar una nueva entrada en ECR http://bit.ly/1y2Pu8v que confirma que el atomizador utilizado en este estudio (CE4 a 12 watios) se encontraba en condiciones de sobrecalentamiento. Cito el último párrafo de la entrada: «La falta de experiencia sobre los cigarrillos electrónicos y la ausencia de contacto con los vapers puede resultar en resultados erróneos y no realistas, que pueden crear confusión y desinformación tanto en la comunidad científica como entre usuarios y potenciales usuarios del eCig. Finalmente, es extremadamente importante que cada estudio sobre la química del vapor mencione en detalle el equipamiento utilizado».